Introducción
Una peculiaridad en Catalunya, es que de los procesos se solía ocupar la justicia local, esto daba como resultado en que las condenas se ejecutaban como por un crimen común y no por herejía cuyo castigo era la hoguera, si no que se utilizaba la horca para ejecutar la sentencia de muerte, se supone que en Catalunya entre 1487 y 1820 mas de 5900 personas fueron juzgadas y se condenaron a mas de 400 personas.
Hay que decir que al contrario de lo que se suele creer, parece ser que los países católicos no fueron los máximos instigadores de la caza de brujas, si no que con creces les superan países protestantes, al frente está Alemania, que entre los S XVII y XVIII se cuentan de 22.000 a 25.000 víctimas incluso hablan de asta 30.000. Además hay que diferenciar la persecución de la edad media dirigida especialmente a aplacar las herejías en Europa, Cátaros entre otros, que en tiempos de los reyes católicos se centra hacia los Musulmanes, Judíos y Gitanos. Y la persecución y paranoia creada hacia las brujas/os de los siglos XVI a XVII mayormente, pero que duró hasta el 31 de julio de 1826 con el último condenado, el profesor Cayetano Antonio Ripoll y que tristemente hace famosa a la inquisición Española, por su longevidad, no por el número de sus ejecuciones.
También hay que señalar que dentro de la Iglesia hubo defensores de los acusados y detractores de la caza de brujas, mas de uno perteneciente a el tribunal de la inquisición, que nos recuerda a el personaje principal de la novela el nombre de la rosa de Umberto Eco, Guillermo de Baskerville, que hicieron presión para acabar con toda esa locura que nació en el S XIII con el exterminio de los Cátaros. Con uno de ellos empezamos este dossier Pere Gil el defensor de las Brujas.
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